En vista que en el móvil no se puede escribir bien, me levanto y me vengo al ordenador a escribir este recuerdo. Corría el año del 78, yo tengo pocos o ningún recuerdo de ese tiempo por que tenía pocos de haber llegado a este mundo, pero he hecho cálculos y ese año debió haber sido, en realidad este no es un recuerdo mío pero lo habré escuchado unas mil veces que parece que hasta recuerdo como me sucedió, en esos tiempo solían en casa tener algunos cerdos que se engordaban para las navidades, eran cerdos que no se por que razón andaban sueltos, no estaban en corrales ni nada sino que iban al monte y comían lo que encontraran, creo que los amarraban con mecates que reventaban y por eso se soltaban y andaban entre la gente.
Pues resulta que con lo escasos años que tenía en ese entonces andaría yo en el patio de casa comiéndome un pedazo de bolillo que mi madre me había dado, cuando he visto que rondaba por ahí un cerdo y mi inherente curiosidad que siempre he tenido hacia los animales me hizo acercarme e intentar compartirle de mi bolillo al animal que abusando de mi amabilidad, no solo ha cogido el bolillo sino que me ha mordido la mano y no solo eso que según cuentan me ha arrastrado con él, no se si por que yo no he querido soltar el bolillo o por que no he podido, pero según cuentan me ha arrastrado varios metros hasta que de alguna manera me he o me ha soltado. Si lloré o me dolió no lo recuerdo, ya que eso no me lo han contado pero es muy probable que así haya sido, el caso que según dicen, ese mismo día se hicieron unas ricas carnitas y el cerdo era el principal protagonista en esa comilona que se festejó gracias a su atrevimiento..
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